CONOCIMIENTOS GENERALES DE BONSÁI

Para aprender a apreciar un Bonsai, es necesario que conozcamos los distintos estilos y técnicas que se aplican para su formación. Para darle forma a un Bosai el artista debe imaginar el contexto natural que lo rodeará, debe comprender cuales son las fuerzas de la naturaleza a las que estaría sometido en la realidad si su obra estuviese en ese hábitat.

Si observamos árboles que han sido formados en su ambiente natural verificaremos que dependiendo de las condiciones climáticas, del terreno y de altitud tendremos especies que se adaptan mejor a ciertos ambientes que otros. Por lo tanto, dependiendo del estilo del Bonsai que se escoja aplicar, habrá plantas o árboles que se prestan en mayor o menor medida para la finalidad del artista según la forma que quiera darle (estilo).

Para emular la fuerza de la naturaleza el artista del Bonsai aplicará, entre otras, técnicas de alambrado, poda, plantación, fertilización y estética. Al aplicar estas técnicas se deberá cuidar siempre de no ir en contra de la naturaleza misma del árbol, es así como para cada árbol habrá un macetero que sea más apropiado al estilo escogido.

Además, es importante mencionar que al igual que un cuadro de pintura, en el que el macetero vendría a ser el marco del Bonsai tiene una orientación desde la cual debe ser apreciado, es decir tiene un frente, costado y detrás. Dentro de la apreciación del Bonsai se debe prestar atención a la ubicación que este tiene dentro del macetero con el cual deberá guardar una perfecta relación de estética y equilibrio, para entregar la sensación de amplitud, además de impresión de “firmeza”. “Armonía” en las formas, o sea que exista proporción en la inserción de las ramas en el tronco y el largo de estas acorde con el “aspecto natural” que el árbol otorgue. “Variedad” en la dirección de crecimiento del árbol al suelo, lo que se puede obtener dejando levemente más alto el punto en que el árbol está inserto en la tierra dejando que las raíces que se desarrollan en la base del tronco sobresalgan levemente del suelo; esto ayuda también a que el Bonsai represente mayor edad. Para cumplir con todo lo anteriormente expuesto es fundamental la altura de la maceta y el estilo del árbol que se va a plantar en ella. Lo ideal es que el macetero sea de poca altura, pero ancho y largo, conjugando estas dimensiones según el tamaño del árbol, grosor del tronco, grado de inclinación, número de árboles y paisaje que se desea representar.

Como último requisito de un Bonsai, está la simplicidad que debe expresar, lográndose esta última cualidad eliminando, con paciencia, a través de los años, todo lo que sea innecesario para el árbol.

Respetando estas condiciones, se pueden definir tres niveles de observación para un Bonsai, según el grado de sensibilidad que tenga el observador:

Nivel A: para alguien que no lo cultive, sobresale la belleza de las hojas, las flores o el fruto, la cantidad de años, el grosor del tronco, el número y uniformidad de las ramas, y en general, una impresión limitada de la belleza de los árboles.

Nivel B. por el contrario, quién ha estado cuidándolos aunque sea sólo durante unos años, los contempla en el conjunto del árbol y la maceta, condiciones en que está plantado, curvaturas del tronco, soltura e independencia de las ramas, es decir, el grado de esmero con que esta cultivado.

Nivel C: en cambio, una persona que haya cultivado Bonsai muchos años, llega a adquirir una forma superior de apreciación que, basada en las características del conjunto, le permite saborear despacio como se ha conseguido el equilibrio de la composición, que sensaciones expresa su donaire, y sugerencias que de él recibimos, o sea comunica una emoción.