Se sabe a ciencia cierta que fue en China hace alrededor de 2000 años cuando comenzó la aventura del Bonsai, aunque fue en Japón donde tomó fuerza hace más de 800 años.
Las referencias sobre bonsais más antiguas de las que se tiene constancia, aparecen en China, reflejadas en unas pinturas de la dinastía Tang (años 618 – 906), donde se pueden apreciar ejemplares de pinos, ciruelos, cañas de bambú y sageretia, plantados en pequeños recipientes como los tiestos actuales.
En China hay dos maneras de cultivar el Bonsai, la del sur consiste en cultivar los árboles tratando de imitar la naturaleza, por lo cual se crían únicamente los ejemplares encontrados en el monte, y se conservan más o menos con la forma natural evitando la aplicación de alambre en sus ramas y tronco, dándole forma únicamente basándose en podas.
En el norte, en cambio la idea es diferente, consiste en conseguir formas armoniosas para estos arbolitos, aunque para ello se tengan que utilizar alambre u otros objetos como pueden ser pesos en las ramas, etc.